Los seguidores de la serie televisiva Bridgerton saben que en la segunda temporada la autora de unos panfletos de cotilleos sobre la alta sociedad londinense de principios del XIX está un tiempo en silencio sin publicar nada. Los panfletos que escribe Lady Whistledown, que es el seudónimo que protege en el anonimato a la autora, son una especie de revista del corazón, parecida al Hola, que siguen con pasión los lectores de la nobleza y que reporta importantes beneficios a su autora oculta. Yo adoro los spoilers cuando soy la víctima, pero no haré ninguno en esta entrada del blog. ¿Quién se oculta tras el seudónimo de Lady Whistledown? Tendrán que ver la serie.
Como Lady Whistledown, llevo unos meses en silencio. He publicado algunos cuentos y poesías en el blog de Cuentos para Pablo y Paula, pero aquí ni una línea. No me pasa nada, estoy bien y muy libre, dedicado a mis labores, entre las que está la escritura de La escuela despistada, que me está llevando más tiempo y esfuerzo del que esperaba. Va muy avanzado el libro. Espero que en los primeros meses de 2025 vea la luz. Tal vez vaya publicando extractos para no perder la atención de los lectores de este blog, pero no me comprometo a nada. Lo que sí puedo asegurar es que La escuela despistada se publicará, quede como quede. Con este tipo de libros uno tiene el temor de que se queden en panfletos baratos, como largas homilías mal escritas y predicadas en el desierto. Ya veremos.
Sobre educación pocas entradas más escribiré en el blog. Si no se pisa la arena de los patios de recreo y a veces se coge un puñado para frotarse las manos como un gladiador, poco se puede opinar sobre lo que pasa en los colegios. Seré consecuente. Pero en este blog también la cultura, sobre todo los libros, han tenido y tendrán un espacio importante.
Ser lector es un modo de vivir. Hay lectores de ocasión, que está muy bien y posiblemente es el mejor modo de leer, y lectores de cuerpo entero, que se pasan la vida con un libro en las manos, como algunos de mis personajes favoritos de los Bridgerton: Penélope y Eloise. Por cierto, ambas han leído el Quijote de Cervantes. Cuando les escuché la conversación, di un respingo en el sofá (mi sofá es muy incómodo y poco atractivo, pero es el único asiento que hay frente al televisor). Me ganaron el corazón para siempre. He de decir, amable lector, que en vida de Cervantes la Primera Parte del Quijote se tradujo al inglés, con gran éxito editorial.
Para los lectores de cuerpo entero, como mi amigo Guillermo M. Schrem, la lectura forma parte del día a día de la misma forma que el aseo, la comida o el mismísimo respirar. No importa la cantidad de libros que uno lea, eso es lo de menos, sino la convivencia diaria con otros seres humanos, vivos o muertos, que se han molestado en escribir cosas de todo tipo, algunas muy interesantes, algunas muy tediosas, otras muy bonitas, y que con suavidad nos alivian la pesadumbre del existir y el miedo a la soledad. ¿Qué más podemos pedir?
Estoy releyendo el Romancero gitano de Federico García Lorca. Siento que no me lo merezco. Qué calidad y qué magia. ¿Cómo no va a estar Federico en la historia de la literatura universal? Lo que lamento es que se me está acabando y me voy a quedar como vacío y desolado cuando lea el último verso. Otro poeta vendrá a rescatarme. ¡Pero es que es tan bueno Federico!
Recomiendo tener varios libros abiertos a la vez, de distintos géneros, ir pasando de uno a otro según las ganas y el momento del día. Es mejor tener varios compañeros de camino que uno solo, así el fastidio de unos se compensa con las alegrías de otros. Ahora no tengo entre manos ninguno aburrido. Mejor.
Comencé hace años y dejé aparcado Gramáticas de la creación de George Steiner. Lo he recuperado y lo estoy leyendo con pasión a poquitos, no es libro de atracones. Esta vez llegaré al final del ensayo, que es extraordinario.
¿Narrativa? Lo he pasado fenomenal con Los amores equivocados de la gran Cristina Peri Rossi. Nunca defrauda, da igual el género que toque, poesía, ensayo o narración. Los once cuentos del libro, algunos con un contenido erótico descarado y directo, son impresionantes, cómo bucean en lo más íntimo del ser humano. Por algo la Peri Rossi tiene el premio Cervantes, no es por casualidad.
Y me está encantado La amiga estupenda de la italiana Elena Ferrante. Una maravilla sobre la amistad de dos niñas napolitanas, cuyo entorno es un mundo hostil pero emocionante, donde vivir es una aventura y un reto diarios. No he llegado al primer tercio de la novela, y contento, no tengo prisa. Cuando un libro me gusta, suelo demorarme para que me dure.
Y como el niño Vicente era tan repelente que se quedó con el mote de el repelente niño Vicente, aquí lo dejamos. A ver si por excesivo pierdo lectores que, con razón, me manden lejos, por ejemplo a freír monas.
Seguiremos en contacto.
Carlos Cuadrado Gómez