viernes, 22 de marzo de 2013

QUÉ ES LA ESCUELA DEL ENTRETENIMIENTO

¿Qué es la escuela del entretenimiento?
El binomio formado por escuela y entretenimiento ha nacido por analogía a otras parejas de conceptos que, en mi opinión, aciertan en la explicación del momento social y cultural contemporáneo: la vida líquida (Zygmunt Bauman), la escuela de la ignorancia (Jean Michéa) y, recientemente, la civilización del espectáculo (Mario Vargas Llosa)[i].
La escuela del entretenimiento es aquella cuyo principio rector es no aburrir y guardar las apariencias. Para conseguirlo, se le ofrecen al alumno un conjunto de actividades, supuestamente divertidas, que lo distraen y lo privan del ambiente y el sosiego necesarios para la conquista de la cultura básica. Se antepone la distracción al método y al esfuerzo que hay detrás de todo conocimiento valioso, de manera que lo periférico se convierte en lo central, y viceversa.
El entretenimiento está estrechamente vinculado a la distracción. He preferido emplear el término de escuela del entretenimiento al de escuela de la distracción por las connotaciones de menosprecio que pudieran derivarse del segundo, pero ambas expresiones son sinónimas.



[i] Zygmunt Bauman: Vida líquida, Barcelona, 2007, Paidós; Jean Claude Michéa: La escuela de la ignorancia, Madrid, 2002, Acuarela Libros; Mario Vargas Llosa: La civilización del espectáculo, Madrid, 2012, Alfaguara.



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laescueladelentretenimiento@gmail.com

3 comentarios:

  1. Hoy en la Cadena Ser hablaban sobre ese tan traído y llevado informe... sobre el lugar que ocupa nuestro país en la lista de turno... y, por fin, he oído a alguien señalar que lo importante es, sobre todo y también, lo que pasa en la clase durante la clase. Ese tiempo es el que da calidad a la enseñanza (sin olvidar colaboraciones paternas, presupuesto dedicado a la educación, etc.) Algo tan de Perogrullo... y tan abandonado a veces.
    Oigo a madres y padres de hijos escolares quejarse amargamente de las horas y horas que los niños echan en casa haciendo deberes. No es que los haya o los deje de haber, los deberes, es lo que supone del traslado de la pedagogía de muchas materias a la esfera familiar. Los padres se convierten, más a menudo de lo deseable, en el pedagogo de las matemáticas, de la lengua... por que en clase o se corrigen deberes o se corrigen exámenes. El plan Bolonia y la ley Wert ya entraron hace tiempo en la escuela. Tantas asignaturas a examen semanal, ya me contarán lo que se dedica a explicar, a experimentar la materia, a asimilarla... eso queda para casa.

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    1. Por desgracia, nuestra escuela es una "escuela de modas". Hace algunos años se llegaron a prohibir los "deberes"; el maestro que mandaba alguna tarea para casa era un "delincuente pedagógico" y no había ningún motivo que justificara los deberes. Con razón o sin razón, era tachado de carca y "amarganiños". Hoy la moda es mandar deberes, vengan o no a cuento. Yo, que soy maestro y a diario lidio con una clase de veinte o veinticinco alumnos de Primaria, me pregunto lo mismo que tú: ¿Cuándo dan clase esos maestros que mandan tantos deberes? ¿Quién enseña realmente a esos niños, el maestro o la familia? Los que no mandamos deberes, salvo que tengan una finalidad pedagógica, corremos el riesgo de ser criticados dentro y fuera de la escuela. Y, evidentemente, las críticas no son para llamarnos bonitos. Los deberes tienen su lugar, dependen mucho de la edad de los alumnos y nunca pueden ser el centro de la tarea docente. Una vez más, una actividad periférica que debe ayudar al aprendizaje, se convierte en central.

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