¿Qué es la escuela del entretenimiento?
El binomio
formado por escuela y entretenimiento ha nacido por analogía a
otras parejas de conceptos que, en mi opinión, aciertan en la explicación del
momento social y cultural contemporáneo: la
vida líquida (Zygmunt Bauman), la
escuela de la ignorancia (Jean Michéa) y, recientemente, la civilización del espectáculo (Mario
Vargas Llosa)[i].
La escuela del entretenimiento es
aquella cuyo principio rector es no aburrir y guardar las apariencias. Para
conseguirlo, se le ofrecen al alumno un conjunto de actividades, supuestamente
divertidas, que lo distraen y lo privan del ambiente y el sosiego necesarios
para la conquista de la cultura básica. Se antepone la distracción al método y
al esfuerzo que hay detrás de todo conocimiento valioso, de manera que lo
periférico se convierte en lo central, y viceversa.
El entretenimiento está estrechamente
vinculado a la distracción. He
preferido emplear el término de escuela
del entretenimiento al de escuela de
la distracción por las connotaciones de menosprecio que pudieran derivarse
del segundo, pero ambas expresiones son sinónimas.
[i]
Zygmunt Bauman: Vida líquida,
Barcelona, 2007, Paidós; Jean Claude Michéa: La escuela de la ignorancia, Madrid, 2002, Acuarela Libros; Mario
Vargas Llosa: La civilización del
espectáculo, Madrid, 2012, Alfaguara.
Hoy en la Cadena Ser hablaban sobre ese tan traído y llevado informe... sobre el lugar que ocupa nuestro país en la lista de turno... y, por fin, he oído a alguien señalar que lo importante es, sobre todo y también, lo que pasa en la clase durante la clase. Ese tiempo es el que da calidad a la enseñanza (sin olvidar colaboraciones paternas, presupuesto dedicado a la educación, etc.) Algo tan de Perogrullo... y tan abandonado a veces.
ResponderEliminarOigo a madres y padres de hijos escolares quejarse amargamente de las horas y horas que los niños echan en casa haciendo deberes. No es que los haya o los deje de haber, los deberes, es lo que supone del traslado de la pedagogía de muchas materias a la esfera familiar. Los padres se convierten, más a menudo de lo deseable, en el pedagogo de las matemáticas, de la lengua... por que en clase o se corrigen deberes o se corrigen exámenes. El plan Bolonia y la ley Wert ya entraron hace tiempo en la escuela. Tantas asignaturas a examen semanal, ya me contarán lo que se dedica a explicar, a experimentar la materia, a asimilarla... eso queda para casa.
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ResponderEliminarPor desgracia, nuestra escuela es una "escuela de modas". Hace algunos años se llegaron a prohibir los "deberes"; el maestro que mandaba alguna tarea para casa era un "delincuente pedagógico" y no había ningún motivo que justificara los deberes. Con razón o sin razón, era tachado de carca y "amarganiños". Hoy la moda es mandar deberes, vengan o no a cuento. Yo, que soy maestro y a diario lidio con una clase de veinte o veinticinco alumnos de Primaria, me pregunto lo mismo que tú: ¿Cuándo dan clase esos maestros que mandan tantos deberes? ¿Quién enseña realmente a esos niños, el maestro o la familia? Los que no mandamos deberes, salvo que tengan una finalidad pedagógica, corremos el riesgo de ser criticados dentro y fuera de la escuela. Y, evidentemente, las críticas no son para llamarnos bonitos. Los deberes tienen su lugar, dependen mucho de la edad de los alumnos y nunca pueden ser el centro de la tarea docente. Una vez más, una actividad periférica que debe ayudar al aprendizaje, se convierte en central.
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