martes, 16 de abril de 2013

CRÓNICA DE LA PRESENTACIÓN EN LA LIBRERÍA MUGA (2)

Hablemos un poco del libro
(Es continuación de la entrada anterior)
De una desesperación parecida, ha nacido el libro de La escuela del entretenimiento. Lo he leído de nuevo antes de venir aquí y me he dicho: «No está mal, coincido en casi todo con el autor».
 El libro es un intento de teorizar sobre el momento actual de la escuela española, a la que defino como escuela del entretenimiento: aquella cuyo principio rector es no aburrir y guardar las apariencias. Este principio marca el desarrollo de todas las dimensiones de la escuela: las actividades, el uso de los materiales curriculares (el libro, qué gran aliado), la idea de cultura, las programaciones, las nuevas tecnologías, el dinero, etc. Porque la escuela del entretenimiento no es algo puntual o temporalmente corto, sino que es una manera de entender la escuela en la primera década del siglo XXI, es un planteamiento sistémico où tout se tient. Un recorrido por el índice del libro es suficiente para ver los asuntos que se abordan.
 El ensayo describe lo que nos pasa, evidentemente desde los ojos del autor. Creo que es verdad lo que se cuenta –no es toda la verdad–,  pero puede ser útil para hacer un parón y para que nos sentemos a pensar sobre la escuela sin prisas. Esa es la principal reivindicación del libro: que nos paremos a pensar para no desnortarnos más, para que encontremos el rumbo y pongamos algo de cordura. Para esto se requieren ganas y valentía.
El libro se dirige principalmente a maestros de la escuela pública, principales responsables de esta escuela del entretenimiento y principales protagonistas de los cambios que son necesarios. No obstante, cualquier persona interesada por la educación puede leerlo; de hecho, hasta el momento lo han leído más personas ajenas a la profesión que maestros. Esperemos que se cambie el balance. El libro invita a los maestros a no tirar balones fuera, sino a tomar las riendas de las escuelas y mejorarlas, porque pueden.
 Eso no es óbice para reconocer lo mal que lo han hecho y lo hacen los políticos de todas las administraciones, desaguisado que comienza por una legislación cambiante y excesiva y que conduce a que la escuela, excepto en la ordenación de cursos y ciclos, viva ajena a dicha legislación: yo sigo haciendo lo mismo “digan lo que digan los demás”, como cantaba Raphael. Por otro lado, habría que hacer también una crítica al propio alumnado y a sus familias. La escuela tiene muchas dimensiones, muchos frentes, pero hoy me gustaría que nos centráramos en el que se plantea en el ensayo: los maestros.
Fragmento de la intervención de Carlos durante la presentación

Carlos y José Manuel


COMPRAS Y CONTACTO CON EL AUTOR:
laescueladelentretenimiento@gmail.com

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