Hablemos un poco del libro
(Es continuación de la entrada anterior)
De una
desesperación parecida, ha nacido el libro de La escuela del entretenimiento. Lo he leído de nuevo antes de venir
aquí y me he dicho: «No está mal, coincido en casi todo con el autor».
El libro es
un intento de teorizar sobre el momento actual de la escuela española, a la que
defino como escuela del entretenimiento:
aquella cuyo principio rector es no aburrir y guardar las apariencias. Este
principio marca el desarrollo de todas las dimensiones de la escuela: las
actividades, el uso de los materiales curriculares (el libro, qué gran aliado),
la idea de cultura, las programaciones, las nuevas tecnologías, el dinero, etc.
Porque la escuela del entretenimiento
no es algo puntual o temporalmente corto, sino que es una manera de entender la
escuela en la primera década del siglo XXI, es un planteamiento sistémico où tout se tient. Un recorrido por el
índice del libro es suficiente para ver los asuntos que se abordan.
El ensayo
describe lo que nos pasa, evidentemente desde los ojos del autor. Creo que es
verdad lo que se cuenta –no es toda la verdad–,
pero puede ser útil para hacer un parón y para que nos sentemos a pensar
sobre la escuela sin prisas. Esa es la principal reivindicación del libro: que
nos paremos a pensar para no desnortarnos más, para que encontremos el rumbo y
pongamos algo de cordura. Para esto se requieren ganas y valentía.
El libro se
dirige principalmente a maestros de la escuela pública, principales
responsables de esta escuela del
entretenimiento y principales protagonistas de los cambios que son
necesarios. No obstante, cualquier persona interesada por la educación puede
leerlo; de hecho, hasta el momento lo han leído más personas ajenas a la
profesión que maestros. Esperemos que se cambie el balance. El libro invita a
los maestros a no tirar balones fuera, sino a tomar las riendas de las escuelas
y mejorarlas, porque pueden.
Eso no es
óbice para reconocer lo mal que lo han hecho y lo hacen los políticos de todas
las administraciones, desaguisado que comienza por una legislación cambiante y
excesiva y que conduce a que la escuela, excepto en la ordenación de cursos y
ciclos, viva ajena a dicha legislación: yo sigo haciendo lo mismo “digan lo que
digan los demás”, como cantaba Raphael. Por otro lado, habría que hacer también
una crítica al propio alumnado y a sus familias. La escuela tiene muchas
dimensiones, muchos frentes, pero hoy me gustaría que nos centráramos en el que
se plantea en el ensayo: los maestros.
Fragmento de la intervención de Carlos durante la presentación
Carlos y José Manuel
COMPRAS Y CONTACTO CON EL AUTOR:
laescueladelentretenimiento@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario