viernes, 29 de agosto de 2014

SOBRE LA LOMCE (1)

LA LEY WERT:
LA LOMCE
(1)

Introducción

En unos días comienza el curso 2014/2015. Algunos artículos de la última ley de educación, LOMCE o Ley Wert, entran en vigor. Cumplo con mis lectores el compromiso de darla a conocer y analizarla.
Haré más hincapié en los aspectos referidos a la Educación Primaria. Lo haré a lo largo de varias entradas. Hay muchos aspectos técnicos de educación que nunca se comentan en los medios de comunicación. La financiación y la política de becas tienen que ver con los presupuestos generales y con la política social de los gobiernos de las diferentes administraciones del Estado. Por supuesto, afectan al día a día de la educación, pero no son lo único que afecta al sistema educativo. Como maestro, hago una selección de los contenidos de la ley que más nos afectan y los analizo cuando lo considero oportuno.

Una ley incómoda de leer

De momento, que yo sepa, no hay un texto refundido para leer la LOMCE, que, propiamente no aporta un articulado nuevo. Hay que leerla con la anterior ley de educación, la LOE (2006), al lado, pues hay que ir cotejando artículo a artículo ambos textos.
La LOMCE tiene un único artículo, que dice: «Artículo único. Modificación de la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación. Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación, se modifica en los siguientes términos».
Efectivamente, la LOMCE respeta rigurosamente el orden del articulado de la LOE, y mantiene, modifica, suprime o amplia cada uno de sus artículos. Para el lector, leer la LOMCE es una tarea farragosa e incómoda. ¿Cuántos hemos cogido el lapicero y unos folios y nos hemos puesto manos a la obra?
De la ley podemos decir de todo menos que sea clara. ¿Ha sido una estrategia para desanimar a la gente? No sé si pensar que el redactor ha sido torpe o hábil. Si ha sido hábil, dudaremos de sus buenas intenciones. Si ha sido torpe, ¿quién le ha permitido redactar una ley de educación? Leed la ley y juzgar por vosotros mismos.
Quien se atreva a leer la LOMCE debe proveerse de los siguientes documentos, que pueden descargarse fácilmente de Internet:
‒Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación (BOE: 4 de mayo de 2006).
‒Ley Orgánica 8/2013, de 9 de noviembre, para la mejora de la calidad educativa (BOE: 10 de diciembre de 2013).
‒Real Decreto 126/2014, de 28 de febrero, por el que se establece el currículo básico de la Educación Primaria (BOE: 1 de marzo de 2014).
Se hace referencia a otros documentos legales, como la LODE de 1985, pero los tres que cito son imprescindibles. Si es preciso, más adelante daremos información del resto del corpus legal.

Un preámbulo ilusorio

Los preámbulos de todas las leyes de educación son ilusorios: la ley en cuestión va a cambiar el mundo de la educación y, por ende, el mundo en su totalidad. La LOMCE en este sentido no se diferencia de las demás.
Sin embargo, el preámbulo de la LOMCE llega a la cumbre de lo ilusorio y, a veces, cae en unas simplezas y una propaganda burdas. Parece que alguien lo ha escrito en una tarde de inspiración, de un tirón, como quien habla con el vecino en la barra de un bar. Se emplean términos ambiguos, nada técnicos. ¿Qué se quiere decir, por ejemplo, con la palabra “talento”? Fulano tiene mucho talento, es muy espabilado, dice la gente en la cola del mercado. ¿Y “espíritu emprendedor”? ¿Y “sentido común”?
Dice el preámbulo: «Detrás de los talentos de las personas están los valores que los vertebran, las actitudes que los impulsan, las competencias que los materializan y los conocimientos que los construyen». La frase está muy bien como comentario catequético, pero adolece que toda técnica. ¿Quién ha escrito esto? ¿Es la educación o la pedagogía una ciencia? Leyendo esto, lo dudo.
Dice el preámbulo: «Como nunca hasta ahora la educación ha tenido la posibilidad de ser un elemento tan determinante de la equidad y del bienestar social». Hombre, Wert, que tú no te has inventado la educación ni eres el primero que considera que la educación es un motor del progreso social y la igualdad de los seres humanos. ¿En qué tiene más posibilidades tu ley que, por ejemplo, la ley de 1970 de Villar Palasí? ¿O que la LODE o la LOGSE? Me parece que sobrevaloras este momento de la historia, tu ley y a ti mismo.
Dice el preámbulo: «Esta reforma del sistema educativo pretende ser gradualista y prudente, basada en el sentido común y sostenible en el tiempo, pues su éxito se medirá en función de la mejora objetiva de los resultados de los alumnos y alumnas. Esta Ley Orgánica es el resultado de un diálogo abierto y sincero, que busca el consenso, enriquecido por las aportaciones de toda la comunidad educativa». ¿Alguien me puede decir cuál es la definición técnica de sentido común? ¿El sentido común de quién? ¿De Wert, que en su vida ha pisado un parvulario o una escuela pública de niños y niñas de Primaria? Es evidente que toda ley se mide por sus resultados, la LOMCE también. Y, en cuanto al diálogo y el consenso, no ha habido una ley con más gente en contra, incluso dentro del Partido Popular. Si algo ha provocado esta ley desde que era un anteproyecto, ha sido división y desencuentros en todas las instituciones y colectivos relacionados con la educación. Me parece que Wert ha escuchado muy poquito a los que le planteaban algo distinto. Esta ley es una imposición desde arriba, eso sí, con mucho sentido común wertiano. Y le auguro, desde “mi sentido común” y mi conocimiento directo de la escuela, un desarrollo conflictivo y una derogación inmediata en cuanto que su partido no tenga mayoría absoluta en el Parlamento. Incluso ganando su partido las elecciones, creo que tiene un futuro corto. Pero eso lo dirá el tiempo.
Concluyo este apartado recomendando la lectura completa del Preámbulo. No tiene desperdicio.

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